La paz comienza contigo
Ken O’Donnell
ISBN: 978-84-934304-4-3
N. págs. 112
Formato: 222 x 148 mm
Basado en las enseñanzas milenarias del Raja Yoga que se dedica al desarrollo espiritual del individuo, es la ciencia de la elevación del ser. Trata cómo identificar el propio valor y las cualidades, fortalecer el poder interno y aplicarlo a la vida práctica.
Extracto: Capítulo 5 “La convivencia con los demás”
Si estás bien contigo mismo, podrás convivir bien con los demás. Esta verdad empieza a brillar a partir del momento en que tomas un rumbo más espiritual en la vida. Todas las situaciones se convierten en grandes oportunidades para probar tu nueva conciencia y, para ello, nadie mejor que los propios amigos y relaciones más próximas.
Las personas que están en contacto contigo se posicionan claramente según tus nuevas propuestas. A algunas les divierte tu voluntad de mejorar; otros se molestan por el éxito de tu empeño. Pocos permanecen neutrales.
Tanto el que te llama bobo como el que te desea lo mejor son tus aliados en la evolución del ser. Por una parte, el difamador te ayuda a ver si tu esfuerzo surge realmente de un deseo profundo del corazón y no depende de la aprobación social. El que te apoya te ayuda a través del poder de sus buenas intenciones. Si tuvieras que convivir solo con tus propias realizaciones y dudas, nunca podrías saber si realmente estás mejorando o no. Tal vez fuera más conveniente alejarse de todas las cosas odiosas que se manifiestan, principalmente en las relaciones del hogar y el trabajo, y alejarse hacia la casa de campo de tus sueños. Pero ¿cómo podrías medir tu progreso?
Al alejarte, tú también estás dejando las pruebas atrás. Sin las pruebas, es imposible ganar el diploma de mejor persona.
Es justamente en las relaciones más cercanas donde tú puedes evaluarte. Así como una piedra preciosa debe ser cortada y tallada para que su verdadero brillo salga a la luz, tienes que aprender a convivir con los demás para dejar que salga todo el bien que hay dentro de ti.
La vida en convivencia está repleta de cortes y tallas que, vistos con ojos positivos, la hacen brillar.
No sirve de nada que tú mismo te hagas un certificado de buena persona. Tienes que recibir este reconocimiento de los demás.
Cuando estés satisfecho contigo mismo y los demás también lo estén, el propio cosmos te aplaudirá.
Dicen: Esta persona sabe equilibrar su esfuerzo interno con sus cuatro responsabilidades principales: consigo mismo, con sus relaciones más cercanas, con su trabajo profesional y con la ayuda de los demás. ¡Enhorabuena!