Identificarse con el ser de luz y la personalidad similar a Dios, es llamado consciencia del alma. La conciencia del alma puede ser descrita como un estado de la mente en el cual, consciente y subconscientemente, llevamos con nosotros la auto-imagen de ser un ser de luz no-físico, viviente, eterno y pacífico.
El ser es siempre el ser. Pero puede llegar a identificarse con lo físico y a crear una auto-imagen corporal, entrando así en la conciencia de cuerpo. Aunque la conciencia de cuerpo se haya vuelto la norma en la sociedad de nuestros días, la conciencia de alma es, y siempre será, el estado de conciencia original y natural. En ese estado, hay la auténtica y natural experiencia de seguridad, paz, felicidad, pureza, sabiduría, amor, poder y libertad.
El ser no pertenece a este mundo físico, ha venido desde una dimensión diferente de luz y silencio. El ser pertenece eternamente a ese mundo de luz. El ser es parecido a Dios en su naturaleza. Pertenece a la familia de los seres de luz sutiles, eternos; la familia del Padre Supremo, Dios.
Entender y vivir con esta convicción, se conoce como conciencia del alma.
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