En el Universo hay un Punto, un Ser que no está condicionado por ninguna necesidad, o deseo. Desde el momento en que ese Ser no quiere nada, todo le pertenece, pero no en el sentido de poseer o controlar, sino que todas las cosas gravitan de forma natural alrededor de esa Fuente incondicional, simplemente porque da un amor puro de forma natural a todos los que se acercan.
El amor de la Fuente Incondicional es como una luz del sol. La luz del sol despierta a la flor que está oculta en la semilla, sin entrometerse ni tomar para sí. La luz del sol facilita el nacimiento y el florecer de la planta. La luz pura, ya sea física o espiritual, es desinteresada, completa en sí misma. La luz espiritual de la Fuente nos revela nuestras verdades olvidadas, nuestro potencial oculto y en especial nuestra bondad original. La Fuente Incondicional nos revela nuestra realidad. Entonces si nosotros queremos podemos alimentar esa conciencia.
En estos momentos, la humanidad esta sumergida en la oscuridad. La meditación es el ejercicio del pensamiento puro, del pensamiento concentrado, para reconectarnos con esa Fuente Incondicional. Libera a la mente de los límites del pasado, de los resentimientos, de la mezquindad, y nos permite probar la dulzura de lo ilimitado, del Incondicional, ya bien sea amor, paz o felicidad. Esta relación con la Fuente Incondicional me anima y permite que emerja mi fortaleza espiritual. Con esta fortaleza espiritual soy capaz de crear una vida verdaderamente humana, una buena vida.
Comentarios. 0