Una forma en que podemos empezar a pagar nuestras deudas es devolverles a aquellas personas lo que "tomamos" en el pasado, aquellas con quienes tenemos una "cuenta pendiente". Sin embargo, esto llevaría tiempo, especialmente si imaginamos todas las personas con las que hemos interactuado durante tantos años.
Estamos seguros de tener en nuestras vidas, en este momento, una o dos personas que tienen la capacidad de sacarnos de nuestras casillas o simplemente estimular nuestros sentimientos de incomodidad solamente por estar en nuestra presencia.
Si nos tomamos en serio el "despertar", no evitaremos a estas personas ni las buscaremos. En cambio, podemos usar estas relaciones como maestros y oportunidades para aprender sobre nosotros.
Podemos preguntarnos "¿Qué es lo que reacciona dentro de mí ante esta persona en esta situación? ¿Por qué creo esta inquietud en su presencia?" De esta forma veremos y entenderemos qué es lo que necesitamos sanar y transformar dentro de nosotros. Nuestras respuestas estarán siempre relacionadas con nuestro ego o apego.
La curación interior se iniciará siempre con el "dejar ir" algo. Cuando identificamos ese algo y lo "dejamos ir", encontramos que la negatividad se va de nuestros pensamientos y acciones, rompiendo los patrones negativos de intercambio con los otros.
Cuando seamos conscientes de que nuestra propia incomodidad es autoimpuesta, habremos recorrido la mitad del camino en la transformación de nosotros mismos y en el saldar las cuentas pendientes.
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