Dar hace referencia a relaciones altruistas y armoniosas con los demás.
Aunque convertirse en un ser lleno de paz, automáticamente ayuda a mejorar la relación con los demás, se tiene que seguir poniendo atención en esta área, sobretodo porque son las relaciones las que provocan la falta de paz en el interior.
Es muy fácil comportarse amistosamente y con generosidad cuando los demás son amistosos y generosos. Pero, en el mundo actual, a menudo hay conflictos interpersonales, desde los ligeramente incómodos a los abiertamente hostiles. En estas situaciones, la práctica de dar es una protección.
El dar protege de experimentar negatividad y también beneficia a la otra alma que está sintiendo agresividad. Pensar sólo en paz y buenos deseos implica que no haya lugar para respuestas de temor o resentimiento o para que se despierte la rabia en el interior.
El acto de dar debe realizarse sin deseo de devolución o recompensa. Debe ser un proceso natural, motivado simplemente por las ganas de compartir experiencias positivas que se han interiorizado. Sentirse feliz y satisfecho es la recompensa natural de las acciones positivas. Sin deseos ni expectativas, el acto de dar se vuelve verdaderamente altruista.
Con solo ser el verdadero ser positivo, brindarás a otros la experiencia de la paz y de la virtud.
Extracto del libro:
Meditación práctica.
Yoga espiritual para la mente
Ed. Kier
B. K. Jayanti
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