Si deseas progresar, no es suficiente sólo pensar acerca de ello. El pensamiento es importante, es la semilla, pero tiene que haber determinación. La determinación es el agua que riega la semilla y se ha de aplicar con constancia y perseverancia.
Si deseas progresar, no es suficiente hablar de algo hermoso, de la imagen que albergas acerca de tus ideales. Tiene que haber determinación, porque la determinación es lo que tomará esa imagen de la mente y la pondrá en la acción.
Si deseas progresar, actúa en silencio, no hables demasiado acerca de tus planes. Háblale a tu mente cada día, y aliméntala con pensamientos puros y positivos, pensamientos que la llenen de luz y de fortaleza.
Si deseas progresar, es hora de dejar de huir, de estar asustado. Es tiempo de afrontar todo lo que has de cambiar en ti y tener fe, no sólo en Dios, sino también en ti mismo. Tienes que asumir que eres el creador de tu propio destino y todas las implicaciones y responsabilidades que ello conlleva. Asumir tu dignidad original y actuar de acuerdo a ello.
Si deseas progresar, recuerda… porque en la memoria residen las respuestas, las pistas correctas. Porque dentro de ti existe un enorme potencial que anhela despertar y ser usado.
Este potencial te está llamando y es por ello que deseas progresar.
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