La mente influye sobre el cuerpo i viceversa. Ambos funcionan juntos, ningún lado puede ignorarse. Tomar medicina no es erróneo en principio. Lo que es erróneo es cuidar solo el cuerpo e ignorar a la mente. Si hay necesidad de medicina, tómala, pero ten cuidado de no utilizarla como un soporte y volverte dependiente.
Cuando la mente se mantiene libre de tensiones y preocupaciones, el sueño viene de forma natural. O, aunque no puedas dormir, habrá tal paz y calma que aun así te sentirás refrescado. Aprende a ser tu propio doctor espiritual. Cualquiera que sea la naturaleza de una enfermedad, es a través del poder de la meditación y del recuerdo de Dios, como podrás superarla. Eso también te protegerá de las cosas que tus amigos e incluso los doctores puedan decir sobre tu salud.
Si algo va mal en ti, preocuparte por ello y contagiar tu preocupación a los demás solo agravará tu mala salud. Así que, incluso cuando el cuerpo esté enfermo, aprende cómo hacer que la mente mantenga el recuerdo de Dios. Mientras haya preocupación, aunque sea un leve rastro, ninguna cura puede ser efectiva.
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