Imagina un espacio inmenso, ilimitado, mucho más allá de este mundo regido por el tiempo, la materia y la acción; un mundo de silencio dorado. En completo silencio, sin las manecillas del tiempo dirigiendo la existencia; una tierra de paz y libertad permanentes.
Este es el mundo de la eternidad; silencioso e invariable. En este mundo vive un punto de energía consciente, eternamente incorporal; un ser puro que llama a este mundo “el Hogar”. Este punto de energía pura, benevolente y llena de conocimiento irradia luz. Este es el Punto Alfa.
Alfa, desde el silencio y de forma incógnita, es el Principio, la Semilla, la Fuente. Este Ser Benevolente es el punto eterno de referencia para la vida humana, dentro del cual existen las cualidades que nosotros requerimos para elevar nuestra vida.
Puesto que habita en este mundo de silencio y paz, Alfa es el único Ser que está más allá del proceso de cambio y decadencia que ocurre en la Tierra. Su fuerza de vida, la divina energía de Su ser devuelve a la humanidad y a la naturaleza su estado original de armonía y orden.
El Punto Alfa, que puede recibir el nombre de Dios, Ser Supremo, Fuente Divina ..., es completo y autosuficiente. Su poder es ilimitado y, en este sentido, infinito, por lo tanto, no importa cuánta de Su energía utilice para este proceso de renovación, ésta nunca disminuye en ningún aspecto.
Desde Su hogar de luz silenciosa, Su pensamiento nos alcanza, en cualquier momento y en todo lugar. Es eternamente un punto que irradia y se siente cercano gracias al poder de Su amor; el ser puede absorber Su energía dulce y poderosa, creando una unión de dicha profunda, que transforma al ser.
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