Aprecio

“En todos estos años en los cuales he amado la naturaleza, nunca me había dado cuenta de que era mi “yo” lo que estaba apreciando”.

Cuando tenemos conciencia de que la verdadera identidad es el alma, entonces, lo expresamos por la espiritualidad en nuestras actitudes, acciones y relaciones.

El aprecio incluye buscar las fortalezas más allá de los errores y las debilidades que presenciamos. El esfuerzo por lograr el aprecio es una decisión para ver sólo las virtudes dentro de nuestro yo y en los demás; es una decisión para ignorar al crítico interior que dice: “No soy bueno”, o “ellos no son buenos”.

Detrás de las fachadas del ego o la arrogancia, toda alma humana es hermosa. El condicionamiento de la consciencia corporal esconde amor espiritual e inocencia, permitiendo que la negatividad salga a la superficie. Cualquiera que sea la palabra o la acción, la belleza reside en nuestro interior, oculta. Aunque a veces resulte difícil creerlo, no hay excepciones. Un aspecto clave para apreciar la belleza del alma es comprender y aceptar esto. Cuando uno descubre esta belleza en el interior de sí mismo, uno la halla en los demás; si se niega a verlo en los otros, no podrá hallarlo en uno mismo.

Al buscar las virtudes en los demás, aprendemos más de las cualidades que estas definen y podemos embebernos de ellas.

El estado puro de la conciencia del alma es completo con todas las virtudes divinas. El esfuerzo por sentir aprecio es un intento espiritual para hallar y expresar nuestras virtudes de una manera beneficiosa.

Extracto del libro:
MISIÓN DE AMOR
Viaje espiritual de un médico
Roger Cole

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