Nuestro mejor regalo para otros es tratarlos, en nuestras mentes, con nuestra actitud, visión, palabras y a través de nuestro comportamiento, como el alma que son, aunque no sean conscientes de ello y estén dormidos al conocimiento de su naturaleza elevada y a su eterna realidad.
Envuelve a los demás con pensamientos puros. Observa la hermosa verdad, sutil y eterna de todos, detrás del rol. Mira a los demás con la visión con la que Dios les vería y brotarán en ti, de forma natural, sentimientos de amor.
Silenciosamente, esta visión y actitud, ayudará al otro a reconocer y tener acceso a su propia grandeza espiritual, y despertará a la vida.
Extracto del libro:
Vivenciar la meditación
Para alcanzar profunda sabiduría, alegría y paz
Ed. Brahma Kumaris
Rona Schweitz
Comentarios. 0