Identificarse como un ser de luz con una naturaleza similar a la de Dios, con la conciencia de formar parte de la familia de los seres de luz sutiles y eternos que vienen de una dimensión de luz y silencio a la cual pertenecen; entender y vivir con esta convicción se conoce como conciencia de alma.
La conciencia de alma puede ser descrita como un estado de la mente en el cual, consciente y subconscientemente, llevamos con nosotros la autoimagen de ser un ser de luz no-físico, viviente, eterno y pacífico.
El ser puede llegar a identificarse con lo físico y a crear una autoimagen corporal, un estado mental dentro de la conciencia de cuerpo. Creyendo que es el cuerpo y la personalidad corporal, con la convicción ilusoria de que morirá, debido a que, ciertamente, el cuerpo perecerá, o que es dueño de relaciones y posesiones y sabiendo que todas ellas son temporales, el ser trae consigo ansiedad, miedo y negación.
Y, aunque la conciencia de cuerpo se haya vuelto la norma en la sociedad de nuestros días, es la conciencia de alma el estado de conciencia original y natural.
Solo en el estado de conciencia de alma, el ser vive la auténtica y natural experiencia de seguridad, paz, felicidad, pureza, sabiduría, amor, poder y libertad.
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