Mantener una conciencia espiritual en el mundo en que vivimos no siempre es tarea fácil. Se requiere una práctica continuada y mucha atención. Necesitamos un método sencillo para elevar la energía espiritual y mantenerla a un nivel alto.
Pensamientos poderosos, creados cada día con un determinado propósito, elevan la conciencia. Estos pensamientos son generadores de poder, nos dan energía y fortalecen el alma. Cuando tenemos una conciencia elevada sentimos un flujo automático de energía pura entre el ser y el Ser Supremo.
Para entrar en una conciencia más elevada se requiere tener un propósito claro y la comprensión de que el pensamiento crea la realidad. Para que un pensamiento se haga poderoso hay que aceptarlo, creerlo y sentirlo.
Conecto con mi espacio interior y tomo un pensamiento, como por ejemplo “soy un alma pacífica y amorosa”. Permito que este pensamiento se asiente durante unos segundos en la pantalla de mi mente. Lo repito lentamente, de forma que se pueda asentar en mi conciencia.
Ahora lo acepto conscientemente: “Sí, soy un alma pacífica y amorosa”; permitiendo que se haga mío y experimento que es verdadero, que ese es mi estado original, y dejo que emerjan los sentimientos que hay detrás de él; paz, amor y poder fluyen en mi interior.
La práctica de esta conciencia elevada y de pensamientos de autorrespeto, de una forma regular y sistemática, nos permitirá ir experimentando sentimientos de confianza y seguridad en nosotros mismos, lo cual nos hará sentir seres cada vez más libres.
Nuestra autoestima dejará de basarse en la opinión, el respeto o la aprobación que recibamos de los demás. Conocernos, amarnos y respetarnos nos convertirá en una persona más autónoma, equilibrada y estable, tanto a nivel mental como emocional.
Muchos miedos irán desvaneciéndose ante la luz de esta nueva conciencia y se abrirá una puerta para cultivar la humildad, el amor, la aceptación, y para liberarse de juzgar a los demás y liberar el poder del ser. Empezamos a brillar.
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