Todos los seres humanos debemos enfrentar la muerte en algún momento. Pero, mientras tanto, puedo llegar a olvidar que me es posible escoger la manera en que experimento hoy la vida.
Cómo experimento los acontecimientos que suceden a mi alrededor depende de mi percepción, de una actitud frente a esos sucesos. Puede que no sea capaz de cambiar o controlar mi entorno y mis circunstancias. Sin embargo, puedo controlar la manera en que percibo y trato con ellos.
El proceso que suele tener lugar es que asocio mi propia felicidad con acontecimientos externos. A pesar de ello, la felicidad es un estado interior que no puede hallarse permanentemente en las cosas externas.
Cuanto más trato de controlar las circunstancias a fin de asegurarme la felicidad, más infeliz me siento porque no puedo controlarlas, y a menudo ésta me elude cuando trato de alcanzar cierta estabilidad y seguridad física.
Es importante experimentar y separar la propia identidad de la de los objetos, sucesos y circunstancias externas; y comprender, desarrollar y practicar actitudes positivas en la propia vida.
Extracto del libro:
AVANZAR...
Senderos hacia el crecimiento personal
Margaret Pinkerton
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